En nuestro último post sobre defensa y flexibilidad, hablábamos sobre la importancia de la flexibilidad para lograr adoptar ciertas posturas y realizar determinados movimientos en voleibol que exigen a los músculos y también a las articulaciones altos rangos de amplitud.
También os comentábamos que en próximas entradas os enseñaríamos diferentes ejemplos de cómo desarrollar la flexibilidad a través del entrenamiento. Esta semana, os traemos una serie de ejercicios para lograr este fin. Como mencionábamos anteriormente, en voleibol los jugadores deben asumir posiciones en las que los músculos se elongan notablemente. Para lograr un buen rendimiento deportivo, es necesario que la flexibilidad tanto muscular como la movilidad articular permitan al jugador lograr alcanzar el grado de estiramiento suficiente, pues esto se traducirá en una mayor efectividad y eficiencia en los movimientos.
Si nos centramos en la defensa, como es el caso, nos damos cuenta de que los jugadores deben partir de una posición en la que, especialmente el tren inferior, se encuentran en una postura relativamente comprometida y para la cual la falta de flexibilidad puede dificultar el adoptar una postura correcta.
Evidentemente, el trabajo de flexibilidad de manera independiente, puede resultar importante para compensar determinadas limitaciones en el movimiento. Sin embargo, no siempre resulta posible dedicar un tiempo de manera específica a trabajar esta capacidad física. Por esta razón, podemos servirnos de determinados ejercicios que, durante la sesión de voleibol, nos van a permitir desarrollar este aspecto de forma indirecta.
Hoy os vamos a proponer dos tareas para trabajar en parejas y de forma sencilla utilizando conos pequeños de diferentes colores:
1.
Tocar dos conos antes de defender:
Para este primer ejercicio, situamos a un jugador con balón cerca de la red (atacante) y a su compañero (defensor) cerca de la línea de fondo, con un cono a cada lado, no excesivamente cerca
del cuerpo. El jugador en red, se lanzará el balón para realizar un golpeo controlado sobre el defensor que, previamente a la defensa, deberá tocar ambos conos con las manos.
2.
Tocar un color y defender:
Este segundo ejercicio incorpora un trabajo de velocidad de reacción además del de defensa y flexibilidad. Ahora situamos al jugador con dos o tres conos de colores diferentes (uno a cada
lado y, en caso de utilizar un tercero, éste se colocará delante del defensor).
Con los jugadores situados en la misma posición que en el anterior. El atacante, inmediatamente después de lanzar el balón, deberá indicar el color de uno de los conos. El compañero, antes de
la defensa, tendrá que tocar el cono correspondiente.
Como podéis ver, los dos ejercicios que os proponemos son bastante sencillos. Sin embargo, el hecho de obligar a los jugadores a tocar los conos colocados en el suelo, condiciona la posición inicial ya que, para poder alcanzarlos, es necesario realizar una flexión de piernas.
Como entrenadores, es importante incidir en que se realice una flexión de rodilla, para evitar que los jugadores se inclinen hacia delante pues, en ese caso, además de realizar una técnica incorrecta, estaremos eliminando el componente del desarrollo de la flexibilidad.
Esta es la propuesta que os hacemos esta semana, aunque las posibilidades son muy numerosas y siempre se puede encontrar ejercicios para lograr fines similares. Pronto volveremos con nuevas entradas y nuevas ideas. Hasta entonces, esperamos que disfrutéis de estos ejercicios.