Posiciones iniciales en voleibol, desplazamientos y velocidad de reacción

 

Esta semana vamos a volver sobre el tema de las posiciones iniciales y la velocidad de reacción en el toque de antebrazos.

La semana pasada mencionábamos que nos parece importante la variación de los ejercicios para mantener el nivel de atención y aumentar la motivación. No queremos decir que no sea importante la repetición técnica, pues resulta fundamental para poder adquirir el dominio en un deporte tan complejo como el voleibol, sino que es importante servirse de diferentes tareas que estimulen el aprendizaje de los jugadores en iniciación. Por esta razón, queremos hacer una nueva propuesta de ejercicios que pueden servirnos para desarrollar estos mismos objetivos.

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El aprendizaje de la técnica en voleibol implica la realización de ejercicios analíticos, donde los movimientos son repetitivos y no existe mucho margen de variabilidad en las tareas. Sin embargo, la introducción de pequeñas modificaciones en los ejercicios, así como la utilización de nuevos materiales, nos ofrece mayores posibilidades y amplía nuestros recursos de trabajo.

Como ya hablábamos en la entrada anterior, otro aspecto que debemos combinar con un trabajo técnico específico, como es el toque de antebrazos, son otros elementos que van a tener una incidencia fundamental en el rendimiento:  las posiciones iniciales y los desplazamientos. Si consideramos este aspecto tan importante como un nuevo elemento a inculcar a nuestros jugadores, podremos intercalarlo con el aprendizaje de técnicas específicas que incorporarán esa variedad en el entrenamiento.

En iniciación, los desplazamientos y las posiciones suponen un elemento más sencillo de aprender para el jugador, pues no requieren la compleja coordinación óculo-manual asociada al control del balón a través de golpeos. Aprender a situarse correctamente, previamente al contacto, va a simplificar el mismo; es decir, si conseguimos que el jugador se sitúe en la posición correcta en el momento adecuado antes de realizar el golpeo del balón, será más fácil que posteriormente logre a controlar el fundamento técnico específico. Por ello, su dominio en la base va a facilitar notablemente, en el futuro, el control de las diferentes técnicas del voleibol.

La progresión que proponemos hoy trabaja, por un lado, la posición inicial y la movilidad de las piernas, así como la velocidad de reacción ante balones con trayectorias cortas indeterminadas. Trabajaremos por parejas comenzando con pelotas de tenis para evolucionar hacia ejercicios con balón de voleibol:

1.En posición baja, pasamos el balón al compañero con un bote. El objetivo es provocar un pequeño desplazamiento de ajuste hacia la pelota, de forma que el jugador deba reaccionar con un movimiento rápido para atraparla. Es importante variar las trayectorias del pase para condicionar la utilización de ambas piernas.

2.Toques de antebrazos con bote previo. Este ejercicio tiene un objetivo similar al anterior, pero introducimos el pase de antebrazos. Es importante, de nuevo, que el jugador se desplace y se posicione correctamente detrás, para realizar un golpeo con una técnica correcta.

3.Toques con un brazo con bote previo. El objetivo de este ejercicio no es el golpeo a una mano, sino fundamentalmente trabajar la movilidad de las piernas, tratando de minimizar el movimiento excesivo de los brazos de atrás adelante. Debemos incidir en que el jugador se debe posicionar detrás del balón antes del golpeo y utilizar las piernas para empujar el balón hacia delante, no los brazos.

4. Toques bajos de antebrazos continuos. Para este último ejercicio los dos jugadores se sitúan a una distancia menor y realizan toques sin que el balón se eleve demasiado. Para ello es importante que el golpeo se realice en una posición correcta y que el movimiento de brazos, sea mínimo, ya que esto provocaría que el balón se elevara.

5. Para terminar esta secuencia, añadiendo más complejidad, podemos terminar realizando toques continuos con un solo brazo.

De nuevo, proponemos una sencilla progresión para iniciación. Estos ejercicios se pueden utilizar de forma aislada o combinados con otros diferentes en función de nuestros intereses. Nuestro objetivo principal es la movilidad de piernas y la posición del cuerpo y, como objetivo secundario, la ejecución del toque de antebrazos. La razón por la que planteamos los objetivos de esta manera es que, la posición de las piernas va a condicionar notablemente la efectividad y eficiencia en el toque. Si conseguimos unos desplazamientos y posición correctos en iniciación, que sólo requieran el dominio del cuerpo y no del móvil, lograremos aumentar la calidad del toque en etapas posteriores. Por ello, en voleibol, si queremos lograr el máximo rendimiento, debemos inculcar a nuestros jugadores la importancia de los desplazamientos y la posición.

Una conocida frase que describe perfectamente nuestro deporte dice: Al voleibol se juega con las manos, se gana con la cabeza y se pierde por los pies.